lunes, 1 de septiembre de 2014

Un par de reglas

Un día me vi siendo encargado de una tienda de teléfonos. Bueno,,, Y de más productos y servicios. Los teléfonos en si son solo la excusa de un puñado de empresarios aspirantes a nuevos ricos.
Nadie puede jamás asimilar cuantas historias y vivencias tengo grabadas en mis retinas y oídos. Todas las profesiones las tendrán, supongo. Pero jugaría todos mis ahorros (si no los hubiera perdido por solventar de mi bolsillo errores de caja y stocks incomprensibles) a que todo aquel que lea esto y trabaje en el sector de la telefonía, pensará que éstas historias son insuperables.

Tuve que aprender un par de reglas que iré compartiendo en este Blog. Y las primeras no tienen desperdicio

Regla 1: un cliente no es un cliente. Es una OPORTUNIDAD. Una oportunidad para crear necesidad, engatusar y convencer de necesitar todo lo que yo necesito vender como objetivo para no cobrar un salario base. Salario base que parece ser un regalo de la empresa y no la remuneración de tus funciones.

Regla 2: tu equipo (ese que por cierto, es lo único que hace que tu trabajo tenga sentido) no es tu equipo. Es decir, debes hacerles sentir equipo pero en el fondo debes incentivar que exista rivalidad entre ellos para sumar el mayor número de actos comerciales (productos vendidos), se maten sin sangre entre ellos por ser el mejor comercial y sobre todo y lo más duro: tu equipo son personas con menos personalidad, menos aspiraciones y claro, mucho menos inteligentes que tu. A quienes engañar con emociones y falsos alientos.

Y a día de hoy y después de intentar asumir éstas y otras reglas, sigo preguntándome quién será el primer puñetero inepto que comenzó a escribir la historia. El mesías de los comerciales

No hay comentarios:

Publicar un comentario